
Como buen ecologista hoy apagué todas las luces de casa desde las 20:30, y salí a pasear a pesar de la lluvia mientras duraba esta ya famosa hora del planeta. La cuestión es que al regresar y cuando subía en el ascensor me llamó la atención el efecto de la luz sobre el paraguas mojado y a medio plegar. Y nada, como decía Jimmy Hendrix: rainy day, dream away.