El Ayuntamiento de Valencia sigue derribando las viviendas del histórico barrio del Cabañal a pesar de las protestas ciudadanas y de la denuncia de "expolio cultural" formulada por el Ministerio de Cultura. Como en una posmoderna y alucinada versión de Robin Hood Rita Barberá está expropiando a los pobres del Cabanyal para partirlo y repartirlo entre los ricos. Y es que parece que se quiera prolongar la avenida de Blasco Ibáñez por encima de todo, y por encima de todos. Y todo para llevar adelante un proyecto urbanístico puramente especulativo que partirá en dos un histórico barrio de pescadores único en el mundo, un barrio intencionadamente descuidado y degradado por el gobierno local durante los últimos años, un ayuntamiento que toma ese deterioro de algunas de sus fincas como excusa para seguir adelante con su apisonadora especulativa (aquí la noticia recogida por el diario Público)
Conozco personalmente el barrio, sus casas, por dentro y por fuera, con sus características fachadas policromadas de azulejos, su historia... y realmente me parece un crímen que el ayuntamiento de mi ciudad siga adelante con este desquiciado plan antiurbanístico y antisocial que atenta contra el patrimonio común. El Cabanyal es patrimonio arquitectónico, histórico y cultural común de los valencianos, y no se merece este final. El Cabanyal puede y debe rehabilitarse, no destruirse.
miércoles, 7 de abril de 2010
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2 comentarios:
Lo siento mucho, Víctor. Parece que Garzón sentado en el banquillo, les ha dado alas.
Lo que no entiendo es que cuando un ciudadano cualquiera hace algo ilegal, se detiene la obra que esté haciendo, y por supuesto muchas veces al ciudadano o ciudadana. En el caso de los políticos parecen tener patente de corso para saltarse las leyes, según les convenga a su bolsillo.
Un abrazo y todo mi apoyo
Sofi
Hola Sofi, la diferencia está en que este gente no duda en cambiar las leyes a su antojo y sacar decretos para hacer y deshacer según les convenga, con una forma de gobernar que se parece cada vez más a la de una dictadura. Es una vergüenza todo este plan del Cabañal, y una chapuza la manera de llevarlo a cabo. Pero lo más triste son tantas voces que callando otorgan: un silencio que suena a muerte, a muerte social, el mejor cómplice de la injusticia. Te doy las gracias por mostrar tu apoyo, y un abrazo fuerte
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