Quizás sea ahora cuando los árboles que caen lo hacen a las puertas de casa y la contaminación refluye no en las arenas de otros sino bajo nuestros propios pies que nos demos cuenta de la realidad, que el mundo es un pañuelo, y que ni un mundo con alas y olor a nubes podría absorber nuestro nivel de producción de moco.
Saneamiento o barbarie.
El conocido ficus de la plaza de Santo Domingo de Murcia podado tras la caída de parte de sus ramas en la calle. Plantado a finales del siglo XIX, este árbol se había convertido por derecho propio en el alma de esta céntrica plaza de la capital murciana. Una serie de actuaciones mal planificadas y peor ejecutadas por parte del ayuntamiento podrían estar detrás del deterioro actual del ficus. Polémico fue el "arreglo" de sus hermosas raices cuando fueron en parte cubiertas con tierra y rodeadas con una bancada de hormigón. Peor aún la pretenciosa estructura de varios metros de altura con que se le rodeó en previsión de posibles caídas de ramas, pudiendo haberse optado por otras soluciones, o en su caso por una estructura más sobria y no la ridícula y pretendidamente "estética" o "artística" que finalmente se ejecutó. También habría evitado la caída seguramente un plan para el cuidado y ayuda al desarrollo de las raices aéreas que estos árboles naturalmente producen, y que sirven como apoyo inmejorable a las ramas conforme estás van creciendo y expandiendo la copa del árbol.
Saneamiento o barbarie - Fotografía tomada en Murcia en junio de 2017
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