De tanto pensar en abstracto, a veces la arquitectura se olvida de a quién cobijan sus paredes, de a quién le roban el sol sus fachadas muertas.
Dentro y fuera la gente pasa. Mientras, la arquitectura permanece, la buena y la mala... también la peor. Es un acto de una trascendencia poco considerada, demasiado mediatizado por el mercado y el mercadeo.
Esta foto es sólo un punto sobre una "i": faltan palabras para describir el apocalipsis urbanístico que hemos vivido en España. Pero la desolación de sus efectos ha trascendido ampliamente el terreno de la estética, por desgracia.
2 comentarios:
oh! qué apocalíptico me parece
¡Hola Marcelino!
De tanto pensar en abstracto, a veces la arquitectura se olvida de a quién cobijan sus paredes, de a quién le roban el sol sus fachadas muertas.
Dentro y fuera la gente pasa. Mientras, la arquitectura permanece, la buena y la mala... también la peor. Es un acto de una trascendencia poco considerada, demasiado mediatizado por el mercado y el mercadeo.
Esta foto es sólo un punto sobre una "i": faltan palabras para describir el apocalipsis urbanístico que hemos vivido en España. Pero la desolación de sus efectos ha trascendido ampliamente el terreno de la estética, por desgracia.
Un abrazo
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