sábado, 28 de diciembre de 2019
Actualizo mi nueva cuenta en Instagram desde un bus mientras otros lo hacen, al menos aparentemente, desde una piscina, un yate o una lujosa terraza a la orilla del mar. Pensando en ello, ¿no sería prueba de que esos lugares -aunque sin duda más cómodos y bonitos que el autobús cutre y vibrante en el que voy- tampoco dan la felicidad el hecho de que tanta gente ande trasteando sus móviles buscando 'likes' de desconocidos precisamente mientras están allí?
Las etiquetas, sin la ropa; las medallas, sin el sudor; la espuma, sin la cerveza; y el ruido, sin las nueces. Algo así parece ser Instagram. Manolo García cantaba "barras de bar, vertederos de amor". En ese sentido instagram sería algo así como un vertedero de belleza, un mercado y una competencia de la apariencia de felicidad donde, me guste o no, también he de estar enseñando mi trabajo.
¡Nos vemos allí!
Etiquetas:
fotografilias y fobias,
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